En la jornada del
lunes 14 de septiembre de 2015 se escucharon seis declaraciones.
Declaración de
Ángel Oscar Revoledo
En primer lugar
declaró por videoconferencia desde Copenhague Ángel Oscar Revoledo, hermano de
Mario Horacio Revoledo.
La declaración
comenzó con dificultades para recibir adecuadamente el audio, pero fue
mejorando a medida que la audiencia fue avanzando.
En primer lugar
Ángel se refirió al secuestro de su hermano. Dijo que Mario vivía en Berisso
con su familia, era afiliado al Partido Justicialista (PJ) y trabajaba en
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), Puerto La Plata. El 18 de mayo de 1977
un conjunto de personas de civil, quienes dijeron pertenecer a la Policía de la
Provincia de Buenos Aires, se presentaron en el domicilio de Mario. Estaban
allí su esposa y sus dos hijos, sus padres y su hermano menor. Mario estaba
trabajando; lo esperaron hasta que regresó y se lo llevaron con rumbo
desconocido. Supo por comentarios que habría estado secuestrado en la Escuela
Naval y en el Batallón de Infantería de Marina 3. Hoy se encuentra
desaparecido.
Luego relató las
vicisitudes de su propio secuestro. Ángel trabajaba desde 1968 en el
Frigorífico Swift en Ensenada y militaba en la agrupación Descamisados, parte
de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP).
Recordó claramente
que el 12 de junio de 1974 fue la última vez que Perón habló por cadena
nacional. Él estaba en la Escuela Naval trabajando y los hicieron salir antes
de terminar la jornada. Entonces fue a casa de sus suegros. Él vivía en Villa
Zula, Berisso, y al regresar por la noche a su casa supo que momentos antes una
patota había ido a buscarlo. Con su mujer e hijos se fueron a la casa de un
amigo.
Al día siguiente,
en el frigorífico, un empleado de seguridad, un sereno, le dijo "¿Tuviste
visitas anoche?". El apellido de aquel hombre era Meza y solía andar por
el lugar acompañado por un efectivo de Prefectura Naval que no trabajaba en el
Swift. Ángel recordó además algunas características de Meza; llevaba el
guardapolvo bien almidonado, usaba mucho perfume y no se perdía ninguna
asamblea política dentro de la fábrica.
El 27 de marzo de
1976 Ángel fue secuestrado por la Prefectura naval desde su lugar de trabajo.
Fue trasladado a la sede de la Prefectura Naval en Ensenada, en donde fue
interrogado bajo tortura con golpes y descargas eléctricas. Pudo percibir que
quien lo interrogaba era el mismo Meza que conocía del frigorífico. Lo golpeó
en la cara, rompiéndole la nariz; su pulóver y un pañuelo quedaron manchados
con sangre. Meza le preguntaba insistentemente por Néstor Narciso Fonseca,
"Pichila", compañero de trabajo de Ángel.
Después de estar
allí casi un día con los ojos vendados, fue trasladado a un lugar cercano al
agua. Le levantaron la venda de los ojos, le ofrecieron un cigarrillo y le
dijeron que lo iban a matar. Ángel escuchaba disparos y cosas que caían al
agua. Insistían en que dijera en dónde estaban las armas, el dinero.
Finalmente, le vendaron los ojos y lo llevaron en lancha al Liceo Naval en la
Isla Santiago.
Ángel tenía mucha
tos y un médico lo vio. Estaba vestido con su uniforme y tenía un arma; lo
único que hizo fue darle pastillas para la tos. Luego lo interrogaron; un grupo
de suboficiales, cabos de la marina, le decían que dijera todo lo que sabía,
que no se hiciera pegar. Él se daba cuenta de que estaba en el Liceo por los
parlantes típicos del lugar y la sirena del frigorífico.
Allí permaneció una
noche y luego lo condujeron a la Escuela Naval caminando, atravesando un
puente. Lo llevaron a la cancha de fútbol y permaneció en los vestuarios. Ahí
volvieron a golpearlo mientras lo interrogaban sobre dinero y armas y Fonseca.
Nuevamente Meza participaba del interrogatorio.
Pasó allí más de
una semana, aunque no lo sabe con certeza porque perdió la consciencia del
tiempo. Había otra persona secuestrada con él, pero no hablaban. Escuchaba cómo
los infantes de marina, que hacían las veces de guardias, comentaban que en la
caldera de la Escuela Naval las personas eran incineradas.
Mientras tanto su
madre y su esposa realizaban gestiones para encontrarlo. Fueron a la Escuela
Naval y les dijeron que ese lugar estaba dedicado a la enseñanza, que no había
nadie detenido allí. En la Comisaría de Berisso les dijeron que era un secreto
militar el paradero de Ángel y no lo podían revelar. A Prefectura Naval ni
siquiera podían acercarse. El propio Meza fue un día a su casa y les dijo que
habían matado a Ángel; les mostró el pulóver y el pañuelo ensangrentado que
tenía en su poder.
Relató que un día
fue trasladado a las dependencias que la Policía de la Provincia de Buenos
Aires tiene en la calle 1 y 60 de la ciudad de La Plata. En ese lugar
permaneció secuestrado un mes aproximadamente. Allí también fue torturado, pero
por personal policial. Entre las personas que estaban alojadas con él recordó a
un estudiante de medicina, "El Loco" Pedro, a quien le hacían tocar
la guitarra.
Luego lo
trasladaron a otro lugar, no muy lejano. Ángel piensa que tal vez era el Centro
Clandestino de Detención ubicado en donde antes estaba la antena de Radio
Provincia, "La Cacha".
Finalmente fue
llevado a la Unidad Penitenciaria nro. 9. Allí estuvo varios meses sin figurar
en ningún lado, hasta que fue "blanqueado".
Por medio del
Decreto Secreto nro. 1310 / 1976 de fecha 15 de julio de 1976 se dispuso su
arresto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=210767
Recordó que el
director de aquella cárcel, René Jacinto Parenti, le dijo que "lo iban a
inscribir" y que lo había pedido el Servicio de Inteligencia de la Marina
(SIN); si se lo llevaban, no podían hacer nada. Entre las personas con las que
compartió su cautiverio en la UP 9 recordó a "El Loco" Pedro. Ángel
fue liberado y se exilió.
Por medio del
Decreto Secreto nro. 1840 / 1977 del 27 de junio de 1977 se denegó su salida
del país.
http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=211653
Por medio del
Decreto Secreto nro. 2082 / 1979 de fecha 28 de agosto de 1979 se autorizó su
salida del país a Suecia.
http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do;jsessionid=F01F45ADB5D33A24D04B9053EF8EAF84?id=213083
Los delitos
cometidos en perjuicio de Ángel no son investigados en este juicio. Por la
privación ilegítima de la libertad de su hermano, Mario Oscar Revoledo, están
imputados Juan Carlos Herzberg y Antonio Vañek.
Declaración de
Alberto Oscar Lannoo
A continuación se
escuchó la declaración de Alberto Oscar Lannoo, quien permaneció secuestrado
entre marzo de 1976 y fines de 1978.
Relató que entre
los 17 y los 20 años cursó estudios de Marina de Guerra, pero se dio de baja
porque no era lo que le gustaba. Luego comenzó a trabajar en Propulsora
Siderúrgica. Allí no tenía actividad sindical ni política, aunque simpatizaba
con el Partido Comunista (PC). Vivía en Berisso y en marzo de 1976 estuvo un
tiempo con parte de enfermo; tenía que reintegrarse a trabajar el 24 de aquel
mes. Al concurrir encontró la fábrica cerrada; también al día siguiente.
Recién el 26 de
marzo de 1976 Propulsora abrió. Alberto se presentó, pasó por el servicio
médico, en donde no verificaron si estaba en condiciones para trabajar y lo
mandaron a reintegrarse. Como todos los días atravesó la puerta de ingreso,
pero aquel día había personal de la Prefectura Naval o de la Armada Argentina.
Controlaron su nombre y apellido en un listado y lo dejaron entrar. Marcó
tarjeta y se le acercó un hombre uniformado, de verde; no sabía quién era. Este
lo acompañó hasta el vestuario y mientras Alberto se cambiaba de ropa aquel
militar revisaba su casillero. Alberto recordó que era normal en aquel entonces
tener volantes o libros; él los tenía de todos los colores. Después de
encontrarlos, el militar lo hizo salir y subir a un camión, en donde había
otras personas. Momentos después Alberto se dio cuenta de que lo estaban
secuestrando.
Antes del mediodía,
al salir del predio de la fábrica, el camión se detuvo y un hombre les tiró a
todos una lona encima. Fue un viaje corto y cuando levantaron la lona estaban
en la sede de la Prefectura Naval en Ensenada.
Allí le pegaron, lo
amenazaron y lo llevaron atado y con los ojos vendados a una habitación. Un
hombre se acercó varias veces para decirle que lo conocía, que era su amigo y
que no le pasaría nada. Mientras tanto Alberto escuchaba gritos. Horas después
lo sacaron a un patio, en donde lo obligaron a permanecer parado con las manos
apoyadas en la pared. También había otras personas en las mismas condiciones
que él; todos eran amenazados con ser fusilados. De a poco se iban llevando a
algunos; más adelante supo que eran compañeros de Propulsora y del Astillero.
Tiempo después lo llevaron a otro lugar dentro del mismo predio, en donde
permaneció con una o dos personas más.
En Prefectura lo
interrogaron, especialmente por un compañero de trabajo con el que compartía el
mismo puesto, Salvador Abelardo De Laturi, "Pampa", quien había sido
asesinado en febrero de 1976.
Por la madrugada lo
llevaron hacia el puerto, en donde lo hicieron subir a un ferry o lancha; lo
amenazaban con tirarlo al río. Atado y con los ojos vendados lo llevaron a la
Base Naval. Una vez allí lo condujeron al Liceo Naval, a un lugar abierto, con
divisiones de chapa o alambre y lo tiraron en un camastro. Alberto estaba muy
cansado y asustado. Conoció entonces a Kiril Chakaroff Nicolof, "El
Zapatero"; era de Berisso y militante del Partido Comunista (PC). Kiril lo
contuvo hasta que se quedó dormido.
Despertó al día
siguiente con gritos, insultos, detonaciones. Por la noche lo llevaron al baño
atravesando un pasillo largo y bajando una escalera. Además de las amenazas y
los golpes, Alberto dijo que era una tortura ver cómo se iban llevando a sus compañeros
sin saber adónde.
El 28 de marzo lo
sacaron de allí y lo llevaron a la Unidad Penitenciaria nro. 9. En aquella
prisión supo que otros compañeros habían pasado por circunstancias parecidas a
las suyas y estaban detenidos allí con él. Recordó a Jorge Bogusas, Carmelo
Cipollone, Luis Ramón Etchepare, Héctor Emilio Galeazzi, Roberto Muñoz, Roberto
Adoníval Páez, Juan Pombo, Ángel Oscar Revoledo, Luis Aníbal Rivadeneira,
"Toti", Hugo Ernesto Ruiz Díaz. Permaneció en aquel lugar dos años y
diez meses.
Por medio del
Decreto Secreto nro. 1310 / 1976 de fecha 15 de julio de 1976 se dispuso su
arresto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=210767
Por medio del
Decreto Secreto nro. 2390 / 1978 del 9 de octubre de 1978 se dejó sin efecto su
arresto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=211990
Al salir de la
cárcel estaba asustado; tardó un mes para poder ir a Propulsora a solicitar que
lo reincorporaran porque lo habían despedido por abandono de tareas. Habló con
Néstor Corteletti, quien le dijo que aceptara el dinero que le ofrecían -una
especie de indemnización- y que no pidiera nada más. Por aquel dinero le
hicieron firmar un comprobante.
Alberto dijo que le
costó mucho salir a buscar trabajo. Un compañero de la UP 9 le consiguió un
lugar en una constructora que tenía a cargo obras en un barrio de Berisso. A
partir de entonces comenzó a trabajar.
Los delitos
cometidos en perjuicio de Alberto no son investigados en este juicio.
Declaración de
Diego Horacio Revoledo
En tercer lugar
declaró Diego Horacio Revoledo, hijo de Mario Horacio Revoledo.
Relató que cuando
secuestraron a su padre él iba a cumplir 3 años. Su mamá le contó lo que pasó la
noche del 17 de mayo de 1977. Cerca de las 19 hs un grupo de hombres, en cuatro
autos, se presentaron preguntando por su padre. Juntaron a toda la familia en
su casa y permanecieron allí toda la noche. Por la mañana, cuando Mario llegó
de trabajar, se lo llevaron.
Su madre fue a la
Brigada de Investigaciones La Plata a denunciar el hecho; allí vio a tres de
los habían participado en el operativo. Un compañero de trabajo dijo que tenían
a su padre en un camión de la marina.
Refirió además que
su papá militaba en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), tal vez delegado
en la Destilería La Plata de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y ayudaba
a la gente de los barrios.
Relató también que
se crió con su mamá y que siempre fue dura la ausencia de su padre en la
infancia y en las fechas importantes, como cuando nació su hija.
Declaración de
Alicia Susana Bordoni
Luego se escuchó a
Alicia Susana Bordoni, prima hermana de Mario Horacio Revoledo.
Dijo que vivía en
La Plata cuando cumplió 18 años, el 17 de mayo de 1977, el día que secuestraron
a su primo. Él trabajaba en YPF, era muy solidario, digno, un excelente padre;
tenía 27 años y militaba en Montoneros.
Por comentarios y
noticias posteriores pudo reconstruir lo que sucedió con Mario. El 17 de mayo
ingresó en su casa un grupo numeroso de civiles y uniformados que se
presentaron como "fuerzas conjuntas". Cercaron la manzana y buscaban
a su primo. Él estaba trabajando; hacía el turno noche en aquella época. En la
casa estaba la esposa de Mario y sus dos hijos pequeños, Claudia y Diego;
también estaba viviendo allí la esposa de su otro primo, Ángel -detenido en la
UP 9-, con sus hijos. Era una casa humilde en un terreno compartido también con
los padres de Mario y Miguel, el hermano menor. Los juntaron a todos, los
maltrataron y pasaron así toda la noche.
Como todos los
días, Mario regresó cerca de las 7 de la mañana. Antes de que se lo llevaran
les pidió que lo dejaran despedirse de sus hijos; no se lo permitieron.
A partir de
entonces la familia quedó en una situación de desamparo y desorientación
inmensa. Fueron al trabajo a pedirles que mantuvieran el puesto hasta que
regresara; lo despidieron por abandono de tareas. La esposa de Mario lo esperó
durante muchos años; incluso escuchaba que le golpeaba la ventana a la mañana,
como si volviera de trabajar.
El padre de Mario
murió un año después; su mamá participó en la formación de Madres de Plaza de
Mayo, pero su salud se debilitó y fue internada en un neuropsiquiátrico. La
familia vivió el desamparo económico y la angustia permanente, factores que se
repitieron en muchas otras familias.
Alicia relató que
participó en Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y
que toda la familia realizó infinitas averiguaciones para saber qué pasó con su
primo. Hasta el presente nadie dijo haberlo visto en ningún Centro Clandestino
de Detención.
También señaló que
su primo desapareció doblemente: en forma física y como hombre de trabajo, como
sostén de familia. El Estado nunca asistió a su familia. Los niños participaron
en el Taller de la Amistad y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos
(MEDH) gestionó un lugar para que pudieran vivir. La mujer de Mario murió y los
hijos se quedaron siempre con la imagen ausente de su padre. El hermano de
Mario salió deportado del país a Suecia, en donde se exilió con su esposa e
hijos.
Declaración de
Estela de la Cuadra
En cuarto lugar
declaró Estela de la Cuadra, hermana de Roberto José de la Cuadra.
Relató que Roberto
trabajaba en la línea de micros 520 desde septiembre de 1973. Estaba casado con
Gladys Noemí Dagán y tenían un hijo, Emiliano. Militaba en contra de la
burocracia sindical.
En 1975 se
realizaron una serie de movilizaciones de choferes de muchas líneas de micros.
Entre ellas recordó un piquete que hicieron en el centro de la ciudad de La
Plata. Luego fueron recibidos en la gobernación y Victorio Calabró, después de
esa reunión, solicitó trece libretas de trabajo; entre ellas estaba la de su
hermano.
En junio de 1975
secuestraron a un compañero de trabajo de su hermano, Francisco Oscar Paz,
"Tito". Entonces Roberto dejó el trabajo, así como otros compañeros.
Inició un periplo por el interior que terminó en septiembre de aquel año,
cuando regresó a La Plata e ingresó en la Destilería La Plata de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales (YPF).
Allí continuó su
militancia contra la extensión del horario avalada por el sindicato. En una
oportunidad Roberto ingresó en secreto volantes y los repartió en el baño de la
fábrica. Al salir alguien del sindicato lo vio. Por otra parte, gente de civil
merodeaba por su barrio preguntando a los vecinos por él.
El 2 de septiembre
de 1976 se reunió en la casa de sus padres en La Plata con unos compañeros de
trabajo, Raúl Alfredo Bonafini y Eduardo Daniel San Pedro. Roberto les contó lo
que había sucedido en YPF y cómo era controlado. Terminaron la reunión y
Roberto le pidió prestado el auto a su padre para llevar a su esposa a la casa
de sus suegros.
Después de que
Roberto y sus compañeros se hubieran ido, llegaron unas veinte personas en
cuatro autos, vestidos de civil, con medias en la cabeza y pintados,
preguntando por él. Uno de ellos parecía diferente a los demás; parecía tener
voz de mando y lucía la remera característica de la Armada. El padre se
descompuso y llamaron a una vecina, Lila Calderón, para asistirlo, pues habían
decidido llevarse secuestrada a su madre, Alicia Zubasnabar, "Licha".
Mientras estaban saliendo del edificio Roberto aguardaba en la entrada; había
regresado a dejar el auto y se encontró con el operativo; aquel era el
domicilio que tenía en el legajo de trabajo. Al descubrir que era Roberto,
hicieron subir a su departamento a "Licha" y se lo llevaron.
Momentos después
llegó el suegro de Roberto, Quito, y les dijo que también habían secuestrado a
Gladys. La familia comenzó con el paradero de los dos. Querían presentar un
habeas corpus pero les faltaba el número de documento de Gladys. Quito, quien
también trabajaba en YPF, pensó en obtenerlo del legajo de trabajo de Roberto y
fue a solicitarlo; le informaron que el legajo había sido retirado.
Días después
apareció Gladys. La habían torturado y traía consigo la funda de plástico del
documento de Roberto. Contó que en el lugar en el que permaneció secuestrada se
escuchaban pajaritos y ruido de trenes.
Meses después, el
23 de febrero de 1977 secuestraron a su otra hermana, Elena, embarazada de
cinco meses. En el mismo operativo secuestraron a cinco personas más: Héctor
Carlos Baratti -esposo de Elena y trabajador de Propulsora-, Roberto Eduardo
Bonín -del Astillero Río Santiago-, los hermanos Simón Pedro -también del
Astillero- y Norma Estela Campano -odontóloga y trabajadora del Ministerio de
Salud- y Humberto Luis Fraccarolli -ayudante de una cátedra de la carrera de
Psicología y trabajador del Ministerio de Economía-. Todos fueron llevados a la
Comisaría 5ta de La Plata.
Tiempo después, una
persona que no se identificó llamó al teléfono de una vecina de los de la
Cuadra para darles un mensaje de Elena; decía que continuaba embarazada y que
su marido y su hermano estaban bien. Después de ese mensaje no tuvieron más
noticias sobre Roberto.
Años después
supieron que Baratti, Bonín y Fraccarolli fueron trasladados juntos a distintos
Centros Clandestinos de Detención. Supieron a través de Liliana Barone que
entre mayo y julio de 1978 Baratti se encontraba secuestrado en el Batallón de
Infantería de Marina 3; Liliana había sido secuestrada cuando fueron a buscar a
su hermano, Gerardo Adolfo Barone. Héctor fue asesinado en un vuelo de la
muerte el 6 de diciembre de 1978. Sus restos fueron encontrados con los de
otras personas que habían permanecido secuestradas en "El Olimpo";
fue identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
Estela se refirió
al interés que la Fuerza de Tareas 5 tuvo en perseguir a los trabajadores de la
línea 520 y la caracterizaban al frente
de las luchas que llevaban adelante con otras líneas de micro. Pudo comprobar
el seguimiento que hicieron en el año 1975 y 1976 sobre las movilizaciones y su
hermano a partir de los documentos de la Dirección de Inteligencia de la
Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA). En ellos encontró que le
adjudicaban erróneamente militancia en las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y
el peronismo revolucionario; Roberto militaba en el Partido Comunista Marxista
Leninista (PCML). También encontró que decían que en su domicilio funcionaba
una célula. Roberto se reunía en su casa con compañeros de militancia, Daniel
San Pedro, Arcángel "Cacho" Herrera -del Swift-, Eduardo Herrera y
José Changazzo, todos secuestrados en distintos momentos.
Descubrió además
que el Grupo de Tareas 2 envió un informe de inteligencia sobre las líneas de
colectivo diciendo que lo había recibido de parte de la Prefectura Naval.
Su hermano además
había sido señalado por el sindicato al que pertenecía, el Sindicato Único de
Petroleros del Estado (SUPE) Ensenada. A fines de 1975 el Secretario Adjunto
convocó a una reunión a la administración de YPF y a los militares; por YPF
asistió Bacigalupi, encargado de seguridad de la Destilería La Plata. El
Secretario Adjunto les entregó una lista de trabajadores
"revoltosos". Estela consideró que aquel actuó como si fuera personal
civil de Inteligencia.
También recordó que
el legajo de su hermano fue sacado de YPF y que, según las constancias obrantes
en él, se siguió la misma metodología que en otros casos, una especie de
protocolo. Hicieron constar que Roberto abandonó su trabajo y detallaron en una
cuenta los artículos que debía a la empresa: botines, mameluco. Recordó las
similitudes que existen con el legajo de Alberto Agapito Ledo, a quien el ex
jefe del Ejército, César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani, hizo
aparecer como desertor.
Recordó a otro
compañero de su hermano de la línea 520, Daniel Alfredo Inama, desaparecido. Su
madre, Lucila Ahumada, Madre y Abuela de Plaza de Mayo, murió ahogada en la
inundación de abril de 2013 en la ciudad de La Plata sin haber encontrado a su
hijo ni a su nieta o nieto. Estela se mostró indignada al recordar que a las
víctimas de aquella inundación les impidieron acercarse al acto que el
gobernador y otras personalidades en campaña estaban realizando frente a la
Comisaría 5ta de La Plata. Consideró que fue una buena actitud del tribunal
solicitar la desafectación de las instalaciones para crear allí un sitio de
memoria pero, dijo, fue una actitud que terminó siendo ofensiva y afirmó que no
puede tolerarse que un campo de concentración sea pintado "de
naranja", los colores de campaña del gobernador Daniel Scioli. El público
aplaudió efusivamente sus palabras.
Pidió que se
desclasifiquen los archivos de inteligencia de la Armada y de la Prefectura
Naval, que se investigue el rol de la burocracia sindical en la desaparición de
obreros y la complicidad de los vicarios castrenses -empleados del Estado- con
la represión, circunstancias que surgen de múltiples declaraciones del Juicio
por la Verdad.
Recordó además que
su esposo, Gustavo Ernesto Fraire, y otros compañeros de militancia como
Ricardo Alfredo Moya o Rodolfo Alberto Crespo estudiaron en el Liceo Naval,
pero eligieron no formar parte de las fuerzas represivas, de la Fuerza de
Tareas 5.
También recordó a
su mamá, "Licha"; su última actividad antes de morir fue reclamar por
la aparición de Jorge Julio López, de cuya segunda desaparición se cumplen
nueve años el próximo viernes 18 de septiembre.
Por la privación
ilegítima de la libertad de Roberto José sólo está imputado Jorge Alberto
Errecaborde.
Declaración de Elda
Nilia Abarzúa
Finalmente, fue el
turno de Elda Nilia Abarzúa, hermana de Oscar Rubén Abarzúa.
Su hermano vivía en
Neuquén y era delegado ante el Sindicato Único de Petroleros del Estado (SUPE);
tenía tres hijas y un hijo chiquitos y se había separado de su mujer. Entonces
vino a Buenos Aires para que su familia le ayudara en el cuidado de sus hijos
mientras trabajaba. Recordó que era muy organizado y que siempre buscaba lo
mejor para los que lo rodeaban.
Comenzó a trabajar
en la Destilería La Plata de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). El 14 de
diciembre de 1976 Oscar salió de trabajar y no regresó a su casa. Pensaron que
tal vez se habría ido a un terreno en Florencio Varela, en donde estaba
construyendo su casa. Pasados dos días comenzaron a averiguar qué le había
sucedido.
La primera noticia
sobre él la tuvieron a través de otra hermana que trabajaba en la Sede Central
de YPF. Recibió allí un llamado anónimo en el que le informaron que Oscar había
salido de YPF para tomar el tren en dirección a La Plata y mientras lo estaba
esperando lo secuestraron. Además le hizo tomar nota del plano del lugar y de
cómo lo llevaron. Esa persona había estado con Oscar en el momento del
secuestro.
El 18 de diciembre
llegó su otro hermano, Rodolfo, de Ushuaia. Le contaron que Oscar estaba
desaparecido y fue a preguntar a YPF; allí le dijeron que se lo habían llevado
los de la marina. Fue entonces a la Base Naval, en donde fue atendido en la
entrada, sin hacerlo pasar; se negaron a darle cualquier información. Además
habló con Juan Carlos Crespi, quien le dijo que se dejara "de joder",
que iban a terminar en el fondo del mar, que ellos de eso no se ocupaban.
Después de las averiguaciones por su hermano, Rodolfo fue despedido.
Por su parte, Elda
también trabajaba en YPF, en la Sede Central. Fue secuestrada y permaneció tres
o cuatro días desaparecida. No pudo hacer comentarios sobre lo que le sucedió,
pero aseguró que podría y querría hacerlo en otra oportunidad. Dijo que estuvo
internada y que se refugió en la ayuda del psiquiatra. Expresó que han pasado
cuarenta años de cosas escondidas, guardadas y que lo mejor que puede pasar es
que ahora salgan a la luz.
Los delitos
cometidos en perjuicio de Oscar y Elda no son investigados en este juicio.
*
En la audiencia
anterior habían anunciado la declaración de Rodolfo Abarzúa; se leyó un
certificado en el que expresaba que no se presentaba a declarar por razones
personales. Queda pendiente ver si podrá hacerlo más adelante.
*
La próxima
audiencia fue convocada para el lunes 21 de septiembre a partir de las 9.30 hs.
Se prevé la declaración de Dionisio Puz, Mirta Samallano, Juan Alberto
Magliaro, Erminia Galván, Fernando Galván, Miguel Revoledo y Luis Alfredo
Mendoza.
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