En la jornada del
miércoles 23 de septiembre de 2015 se escucharon cuatro declaraciones.
Declaración de Raúl
Horacio Pastor
En primer lugar
declaró Raúl Horacio Pastor, quien permaneció secuestrado en 1977.
Declaró que en
aquella época trabajaba en Astillero Río Santiago y en el Frigorífico Swift.
Recordó el día en
que regresaron a trabajar al Astillero días después del golpe de Estado. Había
distintos puestos de control con listados. Al llegar a la guardia para ingresar
vio que había dos chicas que eran atadas con alambres y subidas en un camión
del Astillero. A él lo dejaron pasar y siguió hasta el vestuario. Allí encontró
gente armada caminando por encima de los guardarropas. Fue al taller y
revisaron su banco de trabajo. De allí se llevaron a un compañero suyo de
apellido García.
Recordó también que
en el Frigorífico pasó a reemplazar a un trabajador que se fue pero, por
"conflictivo" y a modo de castigo, lo mandaron a formar parte de una
cuadrilla a la que llamaban "la voladora". A pesar de que cada uno
tenía su oficio les hacían hacer tareas que no les correspondían. Los
humillaban, le sacaron beneficios como el comedor o las horas extras; a él lo
arruinaron, porque sin aquel ingreso extra no le alcanzaba el sueldo para pagar
la cuota de la casa que estaba comprando.
A mediados de 1977
tuvo que realizar una reparación con otros tres compañeros. Él trabajaba en
playa de novillos, en donde se carnea a los animales, y se había roto una puerta
guillotina y una cadena. Al finalizar la reparación no pudieron comprobar el
arreglo porque no había energía eléctrica. Él asentó en el libro que el trabajo
estaba terminado, pero sin probar.
Sobre este episodio
también declaró Roberto Ángel Almada en la octava audiencia, el 31 de agosto de
2015. Roberto era parte del grupo; los otros dos trabajadores eran Juan Córdoba
y Eduardo Cruz.
Al día siguiente
Raúl fue a trabajar y, cuando iba hacia el taller, un compañero le dice que
habían hecho sabotaje. Raúl habló con el delegado y juntos fueron a hablar con
los representantes del sindicato; les dijeron que no pasaba nada, que se
quedaran tranquilos. Algo similar le dijo el jefe del taller, Luchesi.
Después de aquella
jornada de trabajo, cuando Raúl se estaba yendo cerca de las 21 hs, fue
secuestrado. Lo encapucharon y lo subieron en una camioneta, tal vez una
estanciera. Subieron tres personas, una atrás con él, quien le apretaba el
cuello contra el suelo. Al salir del Frigorífico la camioneta tomó hacia la
izquierda; Raúl creía que lo estaban llevando al Armour. Escuchó el ruido de un
portón que se abría y alguien que dijo que "esos van para otro lado".
Cerraron el portón y la camioneta se dirigió a la sede de la Prefectura Naval
en Ensenada.
Allí lo
interrogaron en cuatro oportunidades. Las preguntas versaban sobre el supuesto
sabotaje que había realizado con sus tres compañeros de trabajo. Lo golpearon,
lo maltrataron.
Supo luego que Juan
Córdoba, quien al salir del Frigorífico estaba unos metros más atrás que él,
también había sido secuestrado. Estaba también en Prefectura pero en otro
lugar. Por lo que comentaba el personal de aquella dependencia sólo les faltaba
encontrar a Almada; Eduardo Cruz también había sido secuestrado.
Al día siguiente,
por la tarde, entre las 16 y 17 hs lo dejaron salir. Le dieron sus pertenencias
y un sujeto de apellido Pastor, como él, le dio un sermón sobre cómo debía
comportarse.
Raúl volvió al otro
día a trabajar al Frigorífico; más adelante renunció. Meses después de su
secuestro fue a ver el lugar hacia el que lo habían llevado primero. Se
encontró con la usina vieja en la calle Nueva York de Berisso, una calle con
adoquines y vías muy particular.
En este juicio no
se investigan los delitos cometidos en perjuicio de Raúl ni de sus tres
compañeros.
Declaración de
Roque Jacinto Medina
A continuación se
escuchó la declaración de Roque Jacinto Medina, encargado del edificio en donde
vive el acusado Carlos José Ramón Schaller.
Dijo conocerlo
desde hace treinta y cuatro años, desde 1981. Según él es una persona
excelente. Sabe que vive con su esposa y que "trabajaba" en la Prefectura Naval.
Declaración de
Mario Ramón Dotto
En tercer lugar
declaró Mario Ramón Dotto, vecino de Carlos José Ramón Schaller.
Dijo que lo conoció
en Paraná, Entre Ríos, cuando eran jóvenes. Él nació y se crió en aquella
ciudad. Después no se vieron más y se reencontraron en donde viven ahora, Dotto
en el quinto piso y Schaller en el décimo.
Según sus
apreciaciones, Schaller no es un hombre de facultades extraordinarias sino más
bien un hombre común, familiero, buen padre. Mary, la esposa de Schaller, tiene
problemas de salud. Hace cuarenta y dos años que Dotto vive en ese edificio y
su vecino Schaller más o menos el mismo tiempo.
Declaración
Argimiro Luis Fernández
Finalmente, fue el
turno de Argimiro Luis Fernández, quien fue citado a declarar por la defensa
que ejercen los abogados Miguel Germán Irureta y Sebastián Olmedo Barrios.
Después de prestar
juramento de decir la verdad, aclaró que los imputados son todos muy conocidos
y que siente afecto por muchos de ellos. Irureta pidió que Roberto Eduardo
Fernando Guitián pudiera sentarse junto a él y formular preguntar directamente
al testigo; ambas peticiones fueron rechazadas por el presidente del tribunal.
Sin embargo, el
testimonio no pasó más allá de la primera frase: Fernández fue Comandante del
Batallón de Infantería de Marina 3 desde los primeros días de 1977 y, según
alcanzó a decir, su responsabilidad fue total.
Después de
deliberar, el tribunal decidió no permitirle continuar con su declaración para
evitar que se autoincrimine.
Pedido de
ampliación de la acusación
La representante de
los querellantes Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Unión por los
Derechos Humanos La Plata ,
Estela de la Cuadra ,
Leandro Nahuel Páez, María Fernanda Páez y Eduardo Torres, Guadalupe Godoy
solicitó ampliar la acusación que pesa sobre cuatro imputados por tres nuevos
casos.
Solicitó que a
Eduardo Antonio Meza y Carlos José Ramón Schaller se les sume la
responsabilidad en la privación ilegítima de la libertad y aplicación de
tormentos en perjuicio de Ángel Oscar Revoledo, quien declaró por primera vez
sobre su secuestro el lunes 14 de septiembre de 2015 en la novena audiencia.
Por otra parte,
solicitó que José Casimiro Fernandez Carró y Roberto Eduardo Fernando Guitián
tengan que responder penalmente también por la privación ilegal de la libertad
y aplicación de tormentos en perjuicio de Marta Isabel Cáneva y Reyna Ramona
Leguizamón, además del homicidio de esta última.
Godoy repasó las
declaraciones vertidas en el juicio y la documentación obrante en la causa.
Citó distintos informes elaborados por la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos
Aires (DIPPBA) que dan cuenta de la persecución que existía sobre Marta Isabel
Cáneva y su pareja, Raúl Alejandro Aguirre.
En la audiencia
anterior del lunes 21 de septiembre de 2015 se escuchó la detallada declaración
de Mirta Amalia Sarnachiaro, hija de Marta Cáneva, quien refirió el operativo
de secuestro de su madre, la pareja de ella y una vecina, Reyna Ramona
Leguizamón.
Godoy también se
refirió al secuestro de los hermanos Aguirre -Juan Alejandro, Miguel Reinaldo y
Roberto Miguel- quienes fueron secuestrados mientras la Fuerza de Tareas 5 buscaba
a otro Aguirre.
También reseñó la
declaración de Pedro Niselsky, esposo de Reyna, quien declaró el miércoles 5 de
agosto de 2015, en la tercera audiencia. Él fue secuestrado el 25 de marzo de
1976 y trabajaba en Astillero Río Santiago. Reyna era delegada en el
Frigorífico Swift y fue secuestrada meses después con Cáneva y Aguirre. El
padre de Niselsky presentó un habeas corpus por su hijo y su nuera; en esas
actuaciones hay constancias de que los restos de Reyna fueron hallados por el
Destacamento Bavio cerca de la
Ruta nro. 36; fue asesinada poco después de su secuestro y
había permanecido alojada en el Batallón de Infantería de Marina 3.
Adhirieron al
planteo las querellas representadas por María Pía Garralda, Pedro Griffo y
Oscar Rodríguez, quien sumó argumentos para que el tribunal haga lugar a la
petición.
Por su parte, el
Ministerio Público Fiscal no formuló ampliación alguna.
La defensa oficial,
representada por Gastón Barreiro, se opuso al pedido siguiendo el criterio de
la fiscalía, según afirmó el abogado. Dijo que alteraría la base fáctica y que
son hechos que no deben investigarse en esta etapa, además de mencionar la
afectación de otras garantías. A su exposición adhirieron los abogados Miguel
Germán Irureta y Juan José Barragán, quienes representan a los imputados
Guitián y Meza respectivamente.
Después de un
cuarto intermedio, el tribunal resolvió por mayoría de los jueces César Álvarez
y Carlos Alberto Rozanski hacer lugar a la petición de ampliar la acusación
sobre los cuatro imputados, incorporando así tres nuevas víctimas al juicio.
Por su parte, el juez Germán Castelli opinó que no debería aceptarse la nueva
acusación y deberían remitirse las actuaciones al juzgado que corresponda.
*
En la audiencia
anterior habían anunciado la declaración de Raúl Kraiselburd, testimonio
propuesto por la defensa de Jorge Alberto Errecaborde y Roberto Eduardo
Fernando Guitián. El abogado Miguel Germán Irureta, quien ejerce la defensa de
ambos acusados, desistió de la misma.
*
La próxima
audiencia fue convocada para el lunes 28 de septiembre a partir de las 9.30 hs.
Se prevé la declaración de Ivonne Barragán, Laura Lenci, Gonzalo Chaves, José
Montes y Claudia Bellingeri; también las indagatorias de los acusados José Casimiro
Fernández Carró, Roberto Eduardo Fernando Guitián, Eduardo Antonio Meza y
Carlos José Ramón Schaller.
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