Audiencia 4
Lunes 10 de agosto de
2015
En la jornada del lunes
10 de agosto de 2015 se escucharon cinco declaraciones.
Declaración de Ana
María Nievas
En primer lugar declaró
Ana María Nievas, quien permaneció secuestrada entre marzo de 1976 y febrero de
1977.
Ana María trabajaba en
Astillero Río Santiago, así como su hermana Rosa. Vivía en Berisso y había
militado en la Juventud Peronista (JP).
El 5 de noviembre de
1975 fue detenida con Mario Alberto Peláez y Alberto Ramallo; los tres fueron
llevados a la Comisaría de Ensenada. En aquel entonces el Astillero estaba
cerrado y se vivía un clima de persecución constante. Permaneció todo el día
allí con setenta u ochenta trabajadores de Propulsora, Astillero e YPF. Se
encontraba detenido también el hijo de un juez de la localidad de Ranchos y
ella, por ser mujer, permanecía apartada del resto. Supo que Juan Carlos Marín,
Secretario General de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Ensenada,
había ido a la comisaría acompañado por el Jefe de Seguridad del Astillero,
Capitán Jorge Bigliardi, y que la había denunciado a ella y a otros compañeros
ante la policía como "Montoneros". Por la noche fue liberada.
Meses después, el
martes 13 de enero de 1976 asesinaron a su cuñado, Juan Carlos Scafide, y a
Salvador Abelardo "El Pampa" De Laturi. Ana María recordó que Juan
Carlos era un gran delegado y que había sido amenazado por Rubén Manuel
Diéguez, quien fue Secretario Adjunto a cargo de la Secretaría General de la
Unión Obrera Metalúrgica (UOM) La Plata, Secretario General de la Confederación
General del Trabajo (CGT) La Plata y diputado provincial por el Frente
Justicialista de Liberación (FREJULI) electo el 11 de marzo de 1973. Entre el
14 y el 15 de enero se encontraron los cuerpos dinamitados de Scafide y De
Laturi en Ignacio Correas, en los alrededores de La Plata. Ana María recordó
que al velatorio de Scafide asistieron cientos de trabajadores.
Poco después de aquel
secuestro, el 16 de enero se llevaron a Mario Alberto Peláez, compañero del
Astillero, quien apareció el día en que llevaban al cementerio los restos de su
cuñado.
En aquellos días sabían
que circulaba un listado de delegados que serían detenidos. El 31 de enero dos
hombres fueron a buscarla a la casa de sus padres y preguntaron entre los vecinos
por "la viuda de Scafide". Ana María dijo que a partir de entonces
comenzó su peregrinar. Ella era delegada y se había vuelto una constante que
los representantes sindicales fueran secuestrados y asesinados.
Recordó que los
primeros secuestrados del Astillero fueron Miguel Ángel "Gogo" De
Charras, Silvio Marotte y Alcides Emilio Méndez Paz, secuestrados el 5 de
noviembre de 1975 y liberados desde la Unidad Penitenciaria nro. 9 meses
después. Después de su liberación, el Director del Astillero, el Capitán
Enrique Carranza, les dijo que no regresaran. Méndez Paz fue asesinado poco
después.
El día del golpe el
Astillero permaneció cerrado. Aquel 24 de marzo Ana María viajaba con su
pareja, Hugo Daniel Carzolio, en un colectivo por Ensenada. Cerca de las 15 hs.
detuvieron el micro y, después de verificar la identidad de cada pasajero en
una lista, hicieron descender a Ana María. Permaneció allí dos horas
aproximadamente, hasta que la obligaron a subir a una camioneta verde.
Pasaron por la puerta
de su casa y se dirigieron hacia el Astillero. En la entrada se encontraba la
guardia llena de hombres vestidos con uniformes verdes. Sin poder descender de
la camioneta, Ana María le pidió a un hombre del personal de seguridad interna
que avisara a su familia. Entonces la encapucharon y se dirigieron hasta el
muelle. Allí comenzaron a golpearla. Escuchó la voz del Jefe de Seguridad del
Astillero, el Capitán Jorge Bigliardi diciendo "Paren bestias"; los
golpes cesaron.
La hicieron subir
entonces en un ferry, en el que no había otras personas secuestradas. Después
de un corto trayecto la hicieron descender y subir una escalera. La llevaron a
una edificación y allí le sacaron la capucha. Luego la llevaron a una sala en
donde la obligaron a desnudarse ante varios hombres y allí fue interrogada
sobre otros trabajadores que hoy se encuentran desaparecidos. Entre golpes, la
amenazaban con que no podría estar al día siguiente en el cumpleaños de su
hijo; también simularon fusilarla.
Un médico estaba
presente en el interrogatorio. Le tomaba el pulso y le recomendaba que dijera
todo lo que sabía. Ana María recordó que le hicieron firmar unos papeles en los
que era acusada de haber intervenido en el hundimiento de la Fragata Santísima
Trinidad el año anterior.
Les dijo que creía estar
embarazada de 2 meses. Entonces fue llevada a una habitación en la que
permaneció sola. Allí el mismo médico que había asistido a su tortura le dio
una pastilla. Luego la condujeron a otro lugar en donde se encontró con una
compañera, delegada de Propulsora, quien estaba embarazada de 6 meses y cree
que antes de estar allí había permanecido secuestrada en la sede de la
Prefectura Naval en Ensenada.
La tercera mujer
secuestrada en la Escuela Naval era la hermana de Ana María, Rosa. Su papá la
había llevado a la Comisaría de Ensenada al saber que la buscaban. Allí lo
hicieron salir y, una vez que Rosa quedó sola, la encapucharon y la llevaron
con otros trabajadores del Astillero que se habían presentado, como José
Klimavicius, a la sede de la Prefectura en Ensenada.
En el lugar en el que
permanecieron alojadas había camas cuchetas; los baños se encontraban aparte.
Entre el personal que la mantuvo secuestrada Ana María recordó a dos hombres,
uno que "hacía de malo" y otro "hacía de bueno". Este último
le pidió el teléfono de su familia y les avisó que tanto Ana María como su
hermana estaban en la Cárcel de Olmos. Antes de ser traslada le sacaron fotos y
le tomaron sus datos personales.
En aquel lugar
permaneció cerca de una semana, diez días. Una tarde, Ana María, Rosa y la
embarazada fueron trasladadas encapuchadas con el resto de los secuestrados.
Eran tres micros llenos de gente; primero fueron a la Unidad Penitenciaria nro.
9, en donde dejaron a los hombres, y luego continuaron con las mujeres hasta la
Unidad Penitenciaria nro. 8 en Olmos.
Recordó que en mayo de
1976 hubo una fuerte requisa; parecía que iban a fusilarlas a todas, dijo.
Permanecieron en pie todo el día.
La compañera de
Propulsora con la que fue trasladada desde la Escuela Naval dio a luz en aquel
penal. Falleció hace poco más de un año y nunca se pudo reponer de lo que le
sucedió, según las palabras de Ana María.
También recordó a Iris
Pereyra, madre de Floreal Edgardo "El Negrito" Avellaneda, con quien
estuvo en Olmos y Devoto. Otras compañeras detenidas allí fueron Beatriz
Pastore, delegada de la Sociedad Industrial de Aparatos de Precisión (SIAP) y
Rosa Ángela Daniele, quien fue trasladada a otro lugar a los tres días de haber
dado a luz en la Cárcel de Olmos.
Según afirmó, a fines
de junio de 1976, un domingo que era el día del padre hubo un atentado contra
Jorge Bigliardi, el Jefe de Seguridad del Astillero. Poco después fueron
secuestrados seis compañeros: Leonardo Diego Arias, Juan Carlos Arriola, Juan
Becker, José Edgardo Cardinale, Héctor Rolando García y Luciano Roberto Sander.
El único que sobrevivió fue Becker; los demás fueron brutalmente torturados y
asesinados. Sus restos fueron encontrados en el camino entre Villa Elisa y
Punta Lara.
A partir de junio o
julio de 1976 comenzaron a realizar traslados de detenidas en Olmos a la Cárcel
de Devoto. Recién el 15 de julio de 1976 tanto Ana María como su hermana
quedaron detenidas a disposición del Poder Ejecutivo Nacional por medio del
Decreto Secreto nro. 1310 / 1976.
(http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/verNorma.do;jsessionid=47D63BDDCB47E573B5416E96EDE7BE4F?id=210767)
En octubre de 1976 la
trasladaron a la Cárcel de Devoto. Por el Decreto Secreto nro. 388 / 1977 de
fecha 11 de febrero de 1977 se autorizó su salida del país.
(http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/verNorma.do;jsessionid=A807D0511246FF1B8BA8D0FDC7DFFAC0?id=211765)
Fue a Italia sin saber
hablar el idioma, sin dinero. Vivió en un convento y comenzó inmediatamente a
denunciar la situación de los desaparecidos en Argentina. Realizó gestiones
ante la Cruz Roja y Amnesty International.
Por otra parte, su
compañero, Hugo Daniel Carzolio, fue secuestrado el 6 de diciembre de 1977 en
Quilmes, Provincia de Buenos Aires. Había trabajado en la sección de Cobrería
del Astillero.
El día anterior habían
secuestrado en Godoy Cruz, Provincia de Mendoza, a Néstor Rubén
"Cuqui" Carzolio, su compañera, Nélida Aurora "Nelita"
Tissone y sus dos pequeños hijos. Néstor había trabajado en el Frigorífico
Swift y Nélida había sido delegada en la Municipalidad de Berisso. Los niños
fueron posteriormente recuperados por la familia.
Ana María supo que Hugo
permaneció dieciocho días en el Hospital San Martín de la ciudad de La Plata
por las heridas que tuvo al ser secuestrado. Lo supo a través de una enfermera
de aquel hospital de apellido Bustos, quien falleció en el año 2000.
Aparentemente Hugo fue
visto en el Centro Clandestino de Detención "La Cacha", conocido con
el apodo de "El Osito"; también existen testimonios sobre su
permanencia en el Batallón de Infantería de Marina 3.
Años después Ana María
regresó a la Argentina. Fue al Astillero y se encontró con que tenía la entrada
prohibida. Ni siquiera podía ingresar para solicitar el certificado de años
trabajados. Ella fue despedida por abandono de tareas.
Afirmó que el rol del
sindicato fue terrible y que junto a la dirección del Astillero colaboraron en
dar nombres a las fuerzas represivas.
Entre viajes de Italia
a Argentina, comenzó a reunirse con otros compañeros en su misma situación y
finalmente en el año 2006 lograron la reincorporación de catorce de ellos, Ana
María incluida. En estos años se reincorporaron otros catorce.
Ahora trabaja en el
Astillero nuevamente, pero perdió algunos de sus derechos; como ya han
declarado otros, no puede jubilarse.
Además de narrar su
secuestro, Ana María recordó que en tres o cuatro oportunidades fueron a la
casa de sus padres, en donde estaba su hijo y su sobrino al cuidado de los
abuelos. Su casa fue completamente saqueada. Se preguntó por qué las órdenes de
tanta vejación, por qué las fábricas destruidas, su casa destruida, robada y
cuatro desaparecidos en la familia.
Los delitos cometidos
en perjuicio de Ana María, su hermana Rosa, su cuñado Juan Carlos, su compañero
Hugo Daniel, el hermano de este y su esposa no son investigados en esta causa.
Declaración de Luis
Aníbal Rivadeneira
A continuación se
escuchó la declaración de Luis Aníbal Rivadeneira, quien permaneció secuestrado
entre abril de 1976 y 1982.
Luis se refirió a las
elecciones para nombrar delegados dentro de Propulsora Siderúrgica, una
elección en la que se cometió fraude; las urnas fueron cambiadas y ni la Unión
Obrera Metalúrgica (UOM) La Plata ni la CGT local de Rubén Manuel Diéguez
reconoció a los delegados electos de la Lista Blanca.
Luis ingresó en la
fábrica después de estas elecciones y pasó a formar parte del cuerpo de
delegados no reconocidos por la UOM. Por otro lado, había quedado un grupo
remanente de la comisión interna anterior que era llamado de
"colaboradores"; estos sí eran reconocidos por el gremio. La empresa
celebraba acuerdos tanto con los delegados electos legítimamente como con los
llamados "colaboradores".
El 23 de marzo de 1976,
informalmente, el Gerente de Relaciones Humanas, Ricardo Cortelletti, les avisó
que al día siguiente se produciría el golpe y les recomendó a los delegados que
no volvieran a trabajar y que sacaran de la fábrica el material comprometedor
que tuvieran. El cuerpo de delegados pasó entonces a la clandestinidad y,
también informalmente, la empresa les hizo llegar una suma de dinero porque no
podían presentarse a cobrar. Entre aquellos delegados mencionó a Manuel
"El Viejo" Carrete, secuestrado, quien luego permaneció en la Unidad
Penitenciaria nro. 9.
El 19 de abril de 1976,
por la madrugada, irrumpieron en su casa en Ensenada, en donde dormía con su
esposa y su pequeña hija. Rodearon la manzana, golpearon la puerta, entraron
también por la casa del vecino; era un grupo de entre doce y quince hombres
uniformados. Revisaron todo y se sorprendieron al encontrar los uniformes de la
Prefectura de su padre, Oficial Principal de Prefectura, con quien desde joven
había conocido las dependencias del Batallón de Infantería de Marina 3 y de la
Prefectura Naval en Ensenada.
Lo vendaron,
encapucharon y arrojaron en un camión en el que ya había otras personas
secuestradas. Luis reconoció el recorrido y se dio cuenta de que los llevaban
al Batallón de Infantería de Marina 3. Allí hicieron descender a algunos; el
camión permaneció detenido más de una hora. Se dirigieron entonces a la sede de
la Prefectura Naval en Ensenada.
Allí la sala de guardia
se encontraba en la entrada. Uno de los efectivos lo reconoció; era el chofer
de su padre, Miguel Ángel Rendich, quien le preguntó qué hacía allí. Lo
condujeron por el costado de las dependencias hacia el fondo, en donde estaban
los calabozos. Lo dejaron solo, aunque había otras personas en otras celdas.
Horas después le dijeron que su padre había preguntado por él.
Permaneció en
Prefectura dos días. Luego fue trasladado por personal de Prefectura a las
dependencias de la Infantería de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en
1 y 60 de la ciudad de La Plata.
Allí se encontró con un
grupo de trabajadores del Astillero Río Santiago, quienes habían permanecido
secuestrados también en Prefectura y luego en la Escuela Naval. Entre estos
recordó los nombres de José Klimavicius, Vladimiro Jorge Klimaseski y Roberto
Adoníval Páez.
El personal que
controlaba a los secuestrados pertenecía a la Caballería de la Policía de la
Provincia de Buenos Aires y al Ejército. Luis era torturado diariamente.
En una oportunidad fue
trasladado a un lugar que no pudo identificar para ser interrogado; cree que
tal vez pudo ser la Comisaría de Punta Lara.
Luis quedó detenido a
disposición del Poder Ejecutivo por medio del Decreto Secreto nro. 998 / 1976
de fecha 22 de junio de 1976.
(http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/verNorma.do;jsessionid=F2DB46164D448D280DC3594DDD42B107?id=210750)
Entonces fue trasladado
a la Unidad Penitenciaria nro. 9.
Por medio del Decreto
Secreto nro. 850 / 1979 de fecha 11 de abril de 1979 se dejó sin efecto su
detención a disposición del Poder Ejecutivo Nacional y fue liberado en 1982.
(http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/verNorma.do;jsessionid=0B5DF5F96CD78940BD86941974948EA5?id=212844)
Al salir en libertad
intentó recuperar su trabajo en Propulsora, de donde lo habían despedido por
"faltas injustificadas" tres días después de su secuestro. Pero no
consiguió que lo reincorporaran sino una indemnización. Más adelante la empresa
acordó una cita entre él y un desconocido, quien en un bar en Capital Federal
le entregó una suma de dinero. Para Luis era claro que con esto la empresa reconocía
la participación que había tenido en su secuestro y la colaboración que había
prestado la empresa a las fuerzas represivas.
Remarcó que la UOM no
realizó ninguna acción por los trabajadores secuestrados y que nunca reconoció
su colaboración con la represión. Al mismo tiempo, el Grupo Techint trabajó
activamente en la identificación de trabajadores y delegados para ser
entregados a las fuerzas de seguridad.
Por la privación
ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos en perjuicio de Luis están
imputados Eduardo Antonio Meza, Luis Rocca y Carlos José Ramón Schaller.
En el año 2010, por el
delito de tormentos aplicados en la UP 9, fueron condenados Segundo Andrés
Basualdo, Elbio Osmar Cosso, Abel David Dupuy, Raúl Aníbal Rebaynera, Víctor
Ríos e Isabelino Vega y absueltos Ramón Fernández, Jorge Luis Peratta y
Valentín Romero. En 2011 por el mismo delito fue absuelto Pedro César Guerrero.
Declaración de Luis
María Digaetano
En tercer lugar declaró
Luis María Digaetano, quien permaneció secuestrado entre abril de 1976 y abril
de 1977.
Luis María trabajaba en
la Oficina Técnica del Astillero Río Santiago y en 1975 se encontraba
realizando la traducción de notas, leyendas y medidas de la Fragata Santísima
Trinidad.
Su padre debía ser
operado y necesitaba sangre. Entonces recurrió a la sede de la Asociación de
Trabajadores del Estado (ATE) en Ensenada pidiéndoles ayuda para trasladar a
quienes serían donantes. Quienes lo atendieron buscaron en un fichero su
afiliación y después de verificarla le negaron cualquier ayuda. Luis María
reclamó ante lo que le parecía una injusticia y después de discutir fuertemente
fue sacado a punta de pistola de la sede del gremio. Más adelante pudo ver que
en cada marcha en la que participaba uno de los que había estado allí lo
controlaba.
Llegó el mes de marzo
de 1976 y el golpe. El Astillero cerró y al reabrir Luis María presenció los
secuestros de esos primeros días. Debían hacer una cola para entrar a trabajar
y la identificación de cada trabajador era cotejada en un listado. De aquellos
secuestros recordó principalmente el de María del Carmen Miranda, pues vio cómo
era arrastrada por los pelos ante todos los compañeros. Nunca más la vio,
aunque supo que fue liberada.
Días después, el 2 de
abril de 1976 fue secuestrado al mediodía por personal de la Armada o de
Prefectura. Se encontraba en el Astillero trabajando. Lo llamaron de la oficina
de personal y al presentarse se encontró con dos agentes de seguridad interna.
Le dijeron que estaba despedido y que luego le explicarían los motivos. No le
dejaron ir a buscar sus pertenencias y fue escoltado por los dos agentes hasta
la entrada del Astillero.
Una vez fuera del
predio, unos hombres lo hicieron parar y le pidieron sus documentos. Mientras
los buscaba, lo encapucharon y lo hicieron subir a una camioneta.
El recorrido fue corto;
lo llevaron a la sede de la Prefectura Naval en Ensenada. Lo dejaron en un
patio tirado en el piso, con las manos atadas y encapuchado hasta la noche;
luego lo encerraron en un calabozo. En aquel lugar fue golpeado.
Al día siguiente fue
trasladado a la Escuela Naval. Lo llevaron en una camioneta y luego en una
embarcación. Una vez que descendió, lo condujeron inmediatamente a un
helicóptero, con el que fue trasladado a Capital Federal y luego conducido a un
buque, que se encontraba amarrado en el puerto de Buenos Aires.
Entre el 3 y el 29 de
abril de 1976 permaneció secuestrado en dos buques; uno de ellos fue el
"Treinta y tres orientales", en donde permanecieron detenidos
gobernadores y funcionarios peronistas.
En esos días fue
interrogado por la bomba que había hundido la Fragata Santísima Trinidad el año
anterior. Lo acusaban de que él había actuado como buzo y que había diseñado el
atentado. Decían tener como prueba las ausencias que había tenido entre julio y
agosto de 1975, meses en los que su padre había sido operado del corazón.
Durante los interrogatorios era golpeado.
Luis María permaneció
secuestrado siempre solo, aunque en una oportunidad pudo ver por breves
instantes a Cañete, a quien también interrogaban sobre el mismo tema.
El 29 de abril de 1976
fue trasladado al penal de Devoto. Si bien su familia supo inmediatamente de su
secuestro, no tenía noticias sobre el lugar en el que estaba. Al día siguiente
de llegar a la cárcel pudo pasar los datos de su familia para que otros
familiares se contactaran y le hicieran saber que estaba detenido allí.
Mediante el Decreto
Secreto nro. 202 / 1976 de fecha 23 de abril de 1976 quedó detenido a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
Mientras tanto, se
había iniciado una causa por el atentado a la Fragata Santísima Trinidad. En
ella estaban involucrados como posibles autores Luis María y otros dos
trabajadores, Cañete y Chacón.
Alrededor de los meses
de julio y agosto de 1976 el juez federal de La Plata Leopoldo Russo lo
interrogó en una oportunidad en la cárcel. Russo fue en representación de otro
juez, Héctor Carlos Adamo. Luis María recordó que Russo le preguntó a su
secretario: ¿Qué tenemos de este muchacho en la causa? El secretario le
respondió que sólo tenían sus datos personales, no había ninguna acusación.
Luis María les contó entonces lo que le preguntaban en los interrogatorios que padeció
en el buque. Además de Russo y su secretario, estaban presentes un fiscal y su
secretario y un supuesto abogado defensor.
Recordó que en aquella
cárcel vio a Cañete y Miguel Ángel De Charras.
En septiembre de 1976
fue trasladado a la Unidad Penitenciaria nro. 9, desde donde fue liberado el 4
de abril de 1977.
Mediante el Decreto
Secreto nro. 835 / 1977 de fecha 30 de marzo de 1977 quedó sin efecto su
detención a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
En la UP 9 permaneció
detenido con Luis Ricardo Córdoba, Miguel Ángel De Charras, Luis Alberto Díaz,
compañeros del Astillero.
Antes de salir en
libertad, en diciembre de 1976 el juez Adamo lo sobreseyó provisoriamente en la
causa en la que investigaban el atentado a la Fragata. Sin embargo, una vez
libre Luis María trató de conseguir el sobreseimiento definitivo. Presentó
notas en el juzgado, pero estas desaparecían y nadie sabía darle una respuesta
sobre el avance de la causa. En una oportunidad, reclamando por esta situación
en el juzgado, un hombre que dijo ser el juez le explicó que no podían
sobreseerlo definitivamente porque la causa "no estaba más".
Quiso recuperar su
trabajo y volvió al Astillero con el certificado del penal y el telegrama que
habían enviado a su casa despidiéndolo por inasistencias injustificadas, pero
no lo dejaron ingresar al predio. Después de horas de insistir fue escoltado
hasta la oficina de personal en donde le dijeron que presentara una nota
pidiendo su reincorporación al Director. Más adelante recibió la respuesta: el
Astillero no revería su decisión.
Entonces quiso empezar
a estudiar en la Universidad de La Plata. Fue recibido por el decano, pero
pocos días después este le comunicó que por decreto no podía ingresar en
ninguna dependencia del Estado.
Intentó trabajar
poniendo un taller mecánico. Logró la habilitación y trabajaba tomando todos
los recaudos sobre la documentación de los vehículos que reparaba. Sin embargo,
una vez por semana, personal de la Comisaría de Berisso se presentaba
pidiéndole los papeles de los autos, acosándolo permanentemente y amenazándolo
con cerrar el taller.
También se presentó en
una empresa que trabajaba para la Destilería YPF. Cuatro meses después de
comenzar a trabajar le prohibieron el ingreso.
Tuvo una carnicería y
en democracia trabajó en empresas y cooperativas. Luis dijo que volvió a su
querido Astillero en el año 2009. Intentó ingresar en el año 2006, cuando
comenzó la reincorporación de trabajadores que perdieron su trabajo en
circunstancias similares a las suyas pero, aclaró, el Presidente de aquel
momento -Julio César Urien- no lo quiso reincorporar. En 2009 tuvo que ingresar
como peón; intentaron mandarlo al área de vigilancia pero él quería trabajar.
Si bien tiene años de aportes hechos para poder jubilarse, no se le
reconocieron los años de aportes caídos. Luis María dijo que no hay quien
repare el daño que les hicieron.
Por la privación
ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos en perjuicio de Luis María
sólo está imputado Carlos José Ramón Schaller.
Declaración de Perla
Amelia Diez
Luego se escuchó la
declaración de Perla Amelia Diez, esposa de Eduardo Oscar Schaposnik, quien
permaneció secuestrado entre junio de 1976 y 1982.
Eduardo había estado
afiliado desde chico al Partido Socialista Democrático. Era estudiante avanzado
de medicina y miembro del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML). También
su esposa, Diana Noemí Conde, era miembro del partido. Ambos tenían una hija
pequeña.
Fue secuestrado el 4 de
junio de 1976 en el domicilio de sus padres, ubicado en el centro de la ciudad
de La Plata. Estaban presentes su mamá y sus dos hermanas, Rosa y Susana. Su
padre se encontraba exiliado. Hombres que se presentaron como pertenecientes a
la Policía y al Ejército lo estaban esperando allí desde el día anterior. Le
hicieron preguntas por unos volantes del gremio de Salud, luego lo golpearon,
lo ataron y se lo llevaron.
Eduardo pudo reconocer
el recorrido que hicieron; lo trasladaron a las dependencias de la Infantería
de la Policía de la Provincia de Buenos Aires ubicadas en la calle 1 y 60 de La
Plata.
Desde allí fue
trasladado muchas veces para ser interrogado y torturado en la sede de la
Prefectura Naval en Ensenada. Le rompieron cinco costillas, le quemaron las
plantas de los pies y las palmas de las manos, simulaban fusilarlo, enterrarlo,
entre otros tormentos.
Esos traslados los
realizaban en una camioneta verde marca Dodge. Era llevado siempre con
distintas cantidades de personas secuestradas; algunas veces torturaban a todos
y otras a algunos. Después de ello lo llevaban siempre de regreso a 1 y 60.
Allí permanecían secuestradas mujeres, hombres, adolescentes, obreros. Eduardo
pudo reconocer la presencia de Ramón Juan Alberto Camps, Jefe de la Policía de
la Provincia de Buenos Aires, y Antonio José Plaza, Arzobispo de La Plata.
El 23 de septiembre de
1976 fue trasladado a la Unidad Penitenciaria nro. 9.
Mediante el Decreto
Secreto nro. 1769 / 1976 de fecha 23 de agosto de 1976 quedó arrestado a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
Por medio de los
Decretos Secretos nro. 427 / 1977 de fecha 17 de febrero de 1977, nro. 388 /
1978 de fecha 14 de febrero de 1978, nro. 1283 / 1979 de fecha 1º de junio de
1979 y nro. 975 / 1980 de fecha 13 de mayo de 1980 se le denegó la salida del
país.
Mediante el Decreto
Secreto nro. 1166 / 1982 de fecha 18 de junio de 1982 se modificó la forma de
arresto, cambiándola por la de libertad vigilada.
Eduardo declaró muchas
veces: ante la misión enviada por la Organización de los Estados Americanos
(OEA), el Juicio a las Juntas, la Causa Camps, en medios periodísticos. A lo
largo de los años trabajó con Familiares de Desaparecidos y Detenidos por
Razones Políticas; con jóvenes y niños en el Taller de la Amistad todos los sábados
durante quince años. También fue carpintero y cooperativista.
Cuando Eduardo fue
secuestrado estaba casado con Diana Noemí Conde, quien fue secuestrada el 15 de
marzo de 1978 en Mar del Plata; hoy se encuentra desaparecida. Por su parte,
Perla estuvo detenida y una vez en libertad se casó con Eduardo. Lo que narró
en la audiencia fue una reconstrucción que hizo a partir de las declaraciones
hechas por Eduardo.
Por la privación
ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos en perjuicio de Eduardo sólo
está imputado Carlos José Ramón Schaller.
En el año 2010, por el
delito de tormentos aplicados en la UP 9, fue condenado Elbio Osmar Cosso.
Declaración de Rubén
Emilio Oscar Schaposnik
Finalmente, fue el
turno de Rubén Emilio Oscar Schaposnik, hijo de Eduardo Oscar Schaposnik y
Perla Amelia Diez.
En su declaración se
refirió a la militancia de su padre, a las circunstancias del secuestro y las
torturas. Destacó la labor de su padre en la construcción de las listas de
compañeros desaparecidos de Berisso, Ensenada y La Plata y afirmó que los
tormentos que padeció hicieron mella en su salud. Su padre falleció en el año
2004.
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