martes, 29 de septiembre de 2015

Audiencia 11

En la jornada del miércoles 23 de septiembre de 2015 se escucharon cuatro declaraciones.

Declaración de Raúl Horacio Pastor
En primer lugar declaró Raúl Horacio Pastor, quien permaneció secuestrado en 1977.
Declaró que en aquella época trabajaba en Astillero Río Santiago y en el Frigorífico Swift.
Recordó el día en que regresaron a trabajar al Astillero días después del golpe de Estado. Había distintos puestos de control con listados. Al llegar a la guardia para ingresar vio que había dos chicas que eran atadas con alambres y subidas en un camión del Astillero. A él lo dejaron pasar y siguió hasta el vestuario. Allí encontró gente armada caminando por encima de los guardarropas. Fue al taller y revisaron su banco de trabajo. De allí se llevaron a un compañero suyo de apellido García.
Recordó también que en el Frigorífico pasó a reemplazar a un trabajador que se fue pero, por "conflictivo" y a modo de castigo, lo mandaron a formar parte de una cuadrilla a la que llamaban "la voladora". A pesar de que cada uno tenía su oficio les hacían hacer tareas que no les correspondían. Los humillaban, le sacaron beneficios como el comedor o las horas extras; a él lo arruinaron, porque sin aquel ingreso extra no le alcanzaba el sueldo para pagar la cuota de la casa que estaba comprando.
A mediados de 1977 tuvo que realizar una reparación con otros tres compañeros. Él trabajaba en playa de novillos, en donde se carnea a los animales, y se había roto una puerta guillotina y una cadena. Al finalizar la reparación no pudieron comprobar el arreglo porque no había energía eléctrica. Él asentó en el libro que el trabajo estaba terminado, pero sin probar.
Sobre este episodio también declaró Roberto Ángel Almada en la octava audiencia, el 31 de agosto de 2015. Roberto era parte del grupo; los otros dos trabajadores eran Juan Córdoba y Eduardo Cruz.
Al día siguiente Raúl fue a trabajar y, cuando iba hacia el taller, un compañero le dice que habían hecho sabotaje. Raúl habló con el delegado y juntos fueron a hablar con los representantes del sindicato; les dijeron que no pasaba nada, que se quedaran tranquilos. Algo similar le dijo el jefe del taller, Luchesi.
Después de aquella jornada de trabajo, cuando Raúl se estaba yendo cerca de las 21 hs, fue secuestrado. Lo encapucharon y lo subieron en una camioneta, tal vez una estanciera. Subieron tres personas, una atrás con él, quien le apretaba el cuello contra el suelo. Al salir del Frigorífico la camioneta tomó hacia la izquierda; Raúl creía que lo estaban llevando al Armour. Escuchó el ruido de un portón que se abría y alguien que dijo que "esos van para otro lado". Cerraron el portón y la camioneta se dirigió a la sede de la Prefectura Naval en Ensenada.
Allí lo interrogaron en cuatro oportunidades. Las preguntas versaban sobre el supuesto sabotaje que había realizado con sus tres compañeros de trabajo. Lo golpearon, lo maltrataron.
Supo luego que Juan Córdoba, quien al salir del Frigorífico estaba unos metros más atrás que él, también había sido secuestrado. Estaba también en Prefectura pero en otro lugar. Por lo que comentaba el personal de aquella dependencia sólo les faltaba encontrar a Almada; Eduardo Cruz también había sido secuestrado.
Al día siguiente, por la tarde, entre las 16 y 17 hs lo dejaron salir. Le dieron sus pertenencias y un sujeto de apellido Pastor, como él, le dio un sermón sobre cómo debía comportarse.
Raúl volvió al otro día a trabajar al Frigorífico; más adelante renunció. Meses después de su secuestro fue a ver el lugar hacia el que lo habían llevado primero. Se encontró con la usina vieja en la calle Nueva York de Berisso, una calle con adoquines y vías muy particular.
En este juicio no se investigan los delitos cometidos en perjuicio de Raúl ni de sus tres compañeros.

Declaración de Roque Jacinto Medina
A continuación se escuchó la declaración de Roque Jacinto Medina, encargado del edificio en donde vive el acusado Carlos José Ramón Schaller.
Dijo conocerlo desde hace treinta y cuatro años, desde 1981. Según él es una persona excelente. Sabe que vive con su esposa y que "trabajaba" en la Prefectura Naval.

Declaración de Mario Ramón Dotto
En tercer lugar declaró Mario Ramón Dotto, vecino de Carlos José Ramón Schaller.
Dijo que lo conoció en Paraná, Entre Ríos, cuando eran jóvenes. Él nació y se crió en aquella ciudad. Después no se vieron más y se reencontraron en donde viven ahora, Dotto en el quinto piso y Schaller en el décimo.
Según sus apreciaciones, Schaller no es un hombre de facultades extraordinarias sino más bien un hombre común, familiero, buen padre. Mary, la esposa de Schaller, tiene problemas de salud. Hace cuarenta y dos años que Dotto vive en ese edificio y su vecino Schaller más o menos el mismo tiempo.

Declaración Argimiro Luis Fernández
Finalmente, fue el turno de Argimiro Luis Fernández, quien fue citado a declarar por la defensa que ejercen los abogados Miguel Germán Irureta y Sebastián Olmedo Barrios.
Después de prestar juramento de decir la verdad, aclaró que los imputados son todos muy conocidos y que siente afecto por muchos de ellos. Irureta pidió que Roberto Eduardo Fernando Guitián pudiera sentarse junto a él y formular preguntar directamente al testigo; ambas peticiones fueron rechazadas por el presidente del tribunal.
Sin embargo, el testimonio no pasó más allá de la primera frase: Fernández fue Comandante del Batallón de Infantería de Marina 3 desde los primeros días de 1977 y, según alcanzó a decir, su responsabilidad fue total.
Después de deliberar, el tribunal decidió no permitirle continuar con su declaración para evitar que se autoincrimine.

Pedido de ampliación de la acusación
La representante de los querellantes Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Unión por los Derechos Humanos La Plata, Estela de la Cuadra, Leandro Nahuel Páez, María Fernanda Páez y Eduardo Torres, Guadalupe Godoy solicitó ampliar la acusación que pesa sobre cuatro imputados por tres nuevos casos.
Solicitó que a Eduardo Antonio Meza y Carlos José Ramón Schaller se les sume la responsabilidad en la privación ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos en perjuicio de Ángel Oscar Revoledo, quien declaró por primera vez sobre su secuestro el lunes 14 de septiembre de 2015 en la novena audiencia.
Por otra parte, solicitó que José Casimiro Fernandez Carró y Roberto Eduardo Fernando Guitián tengan que responder penalmente también por la privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos en perjuicio de Marta Isabel Cáneva y Reyna Ramona Leguizamón, además del homicidio de esta última.
Godoy repasó las declaraciones vertidas en el juicio y la documentación obrante en la causa. Citó distintos informes elaborados por la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) que dan cuenta de la persecución que existía sobre Marta Isabel Cáneva y su pareja, Raúl Alejandro Aguirre.
En la audiencia anterior del lunes 21 de septiembre de 2015 se escuchó la detallada declaración de Mirta Amalia Sarnachiaro, hija de Marta Cáneva, quien refirió el operativo de secuestro de su madre, la pareja de ella y una vecina, Reyna Ramona Leguizamón.
Godoy también se refirió al secuestro de los hermanos Aguirre -Juan Alejandro, Miguel Reinaldo y Roberto Miguel- quienes fueron secuestrados mientras la Fuerza de Tareas 5 buscaba a otro Aguirre.
También reseñó la declaración de Pedro Niselsky, esposo de Reyna, quien declaró el miércoles 5 de agosto de 2015, en la tercera audiencia. Él fue secuestrado el 25 de marzo de 1976 y trabajaba en Astillero Río Santiago. Reyna era delegada en el Frigorífico Swift y fue secuestrada meses después con Cáneva y Aguirre. El padre de Niselsky presentó un habeas corpus por su hijo y su nuera; en esas actuaciones hay constancias de que los restos de Reyna fueron hallados por el Destacamento Bavio cerca de la Ruta nro. 36; fue asesinada poco después de su secuestro y había permanecido alojada en el Batallón de Infantería de Marina 3.
Adhirieron al planteo las querellas representadas por María Pía Garralda, Pedro Griffo y Oscar Rodríguez, quien sumó argumentos para que el tribunal haga lugar a la petición.
Por su parte, el Ministerio Público Fiscal no formuló ampliación alguna.
La defensa oficial, representada por Gastón Barreiro, se opuso al pedido siguiendo el criterio de la fiscalía, según afirmó el abogado. Dijo que alteraría la base fáctica y que son hechos que no deben investigarse en esta etapa, además de mencionar la afectación de otras garantías. A su exposición adhirieron los abogados Miguel Germán Irureta y Juan José Barragán, quienes representan a los imputados Guitián y Meza respectivamente.
Después de un cuarto intermedio, el tribunal resolvió por mayoría de los jueces César Álvarez y Carlos Alberto Rozanski hacer lugar a la petición de ampliar la acusación sobre los cuatro imputados, incorporando así tres nuevas víctimas al juicio. Por su parte, el juez Germán Castelli opinó que no debería aceptarse la nueva acusación y deberían remitirse las actuaciones al juzgado que corresponda.
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En la audiencia anterior habían anunciado la declaración de Raúl Kraiselburd, testimonio propuesto por la defensa de Jorge Alberto Errecaborde y Roberto Eduardo Fernando Guitián. El abogado Miguel Germán Irureta, quien ejerce la defensa de ambos acusados, desistió de la misma.
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La próxima audiencia fue convocada para el lunes 28 de septiembre a partir de las 9.30 hs. Se prevé la declaración de Ivonne Barragán, Laura Lenci, Gonzalo Chaves, José Montes y Claudia Bellingeri; también las indagatorias de los acusados José Casimiro Fernández Carró, Roberto Eduardo Fernando Guitián, Eduardo Antonio Meza y Carlos José Ramón Schaller.

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